Hay que controlar eficazmente el ambiente interior, especialmente en zonas críticas de los edificios, usando sistemas de climatización que creen un entorno seguro y cómodo que propicie la productividad y el bienestar de sus ocupantes. Del mismo modo, los sistemas de climatización deben seguir mejorando su eficiencia energética en línea con las intenciones de los gobiernos de todo el mundo de ahorrar energía y con el esfuerzo de los propietarios de los edificios por minimizar los gastos.
Los contratistas inteligentes siempre se aseguran de que sus gastos iniciales resulten muy competitivos. Esa es la naturaleza de su negocio. Sin embargo, los propietarios de edificios se centran en el rendimiento energético y en el sistema a largo plazo ya que van a convivir con el sistema de climatización durante mucho tiempo y los servicios públicos constituyen una gran parte del gasto que conlleva el mantener en funcionamiento los edificios. El rendimiento operativo del edificio puede mejorarse considerablemente mediante operaciones optimizadas y prácticas de mantenimiento.
Además del coste de adquisición del sistema de climatización, los costes de mano de obra y del material asociado a una instalación compleja pueden ser importantes. Un climatizador de gran calidad puede durar más de 25 años si la instalación y el posterior mantenimiento son los adecuados. Sin embargo, emplear productos baratos de baja calidad, la falta de mantenimiento, el funcionamiento inadecuado de los sistemas, etc., suele conllevar la sustitución de equipos de manera anticipada, lo que afecta al coste total de explotación. Por tanto, elegir productos de alta calidad aptos para las necesidades de su aplicación y respaldados con un completo servicio y asistencia del proveedor a la larga compensa. Las decisiones que tome al principio del proceso de compra, sin duda, afectarán al coste total de explotación.
Los sistemas que funcionan a bajos niveles de eficiencia energética incrementan los costes de funcionamiento y, en definitiva, aumentan el coste total de explotación. Para mejorar la eficiencia energética de los edificios, es fundamental instalar equipos con un diseño optimizado para aplicaciones de climatización que contribuyan a reducir el consumo energético, como los convertidores de frecuencia (VSD). Estos aparatos están concebidos para proteger los activos de los propietarios. Concretamente, el convertidor protege el motor y a sí mismo durante las fluctuaciones eléctricas y otras situaciones irregulares. Garantiza así el rendimiento ininterrumpido del sistema de climatización, lo que se convierte en algo especialmente importante a la hora de mantener el confort de los ocupantes de los edificios y, en aplicaciones críticas como puede ser los hospitales, cumplir los requisitos de temperatura y humedad para minimizar la concentración de bacterias y evitar la contaminación cruzada de pacientes. Estas zonas críticas de los edificios suelen denominarse espacios de protección positiva y negativa. Por ejemplo, si existe algún caso de tuberculosis en un hospital, se crea una habitación de protección negativa para garantizar que la tuberculosis se contiene en esa habitación extrayendo aire de otro lugar. Si se administran fármacos quimioterapéuticos a pacientes con sistemas inmunológicos debilitados, se crea una habitación de protección positiva incorporando un control de presurización mediante el convertidor y el sistema mecánico para garantizar condiciones limpias y seguras en entornos críticos.
Trabajar con un proveedor que entiende las aplicaciones de los convertidores y motores para climatización resulta muy beneficioso. Los especialistas de ABB pueden ayudarle a seleccionar el producto más indicado en función de sus necesidades concretas, asegurándose de que las instalaciones se ajusten a las directrices del asesor en cuanto a diseño y producto. También puede recurrir a ellos para la puesta en servicio del convertidor y asegurarse de que el sistema se configura correctamente para que rinda lo mejor posible. Literalmente, se trata de recorrer el camino de la mano del propietario del sistema.