Tradicionalmente, las compañías eléctricas tienen conocimiento de los fallos que se producen en la parte de baja tensión de sus redes eléctricas, cuando les llaman los clientes para quejarse de que no tienen tensión. Entonces, la compañía eléctrica tiene que estimar dónde puede estar la causa del problema basándose en la ubicación de las quejas, y enviar un equipo de mantenimiento para encontrar el origen y reparar el fallo. Todos los clientes afectados tienen que esperar hasta que se termina la reparación y se repone el servicio.
El sistema de gestión de la distribución de ABB (Distribution Management System - DMS) aporta información y control sobre la red eléctrica de distribución, y facilita respuestas más rápidas y fiables a las perturbaciones que se producen en el sistema. En combinación con un sistema de gestión de apagones y de los equipos de mantenimiento, y con equipos de automatización y comunicaciones, puede mejorar la detección, el aislamiento y la reparación de los fallos. El sistema detecta automáticamente los fallos y los aísla, suministrando fluido eléctrico a los clientes por caminos alternativos que estén en buen estado, dirigiendo posteriormente a los equipos de mantenimiento al lugar del fallo, en menos tiempo y con mayor precisión.
El resultado es una importante reducción de la duración de los apagones, especialmente con aquellos clientes a los que se puede reponer el servicio mediante la detección temprana y el suministro por un camino alternativo, pero también para los clientes directamente afectados por el fallo, al facilitar una más rápida actuación del equipo de mantenimiento. Tanto los clientes como las autoridades de la ciudad se ven beneficiados, pero también las compañías eléctricas que en muchos países son multadas por la baja fiabilidad de sus sistemas.