La gestión eficiente de la energía eléctrica ofrece un enorme potencial de ahorro. Hoy en día, casi el 80 por ciento de la energía primaria se pierde en su transporte hasta llegar al consumidor de la electricidad. Para aprovechar este potencial son necesarios procesos eficientes en la central eléctrica, sistemas eficientes de transporte y distribución, y tecnologías que mejoren la eficiencia en el uso mismo de la energía.
Ahorrando valiosa energía en cada paso del proceso
Para proteger el clima, es necesario ahorrar energía siempre que sea posible, utilizando menos y evitando todo desperdicio innecesario. La transformación de la energía primaria en energía mecánica, y posteriormente en electricidad, produce mucho calor que rara vez se aprovecha en la mayor parte de las centrales eléctricas actuales. Las centrales que aprovechan tanto la electricidad como el calor, llamadas de cogeneración (CHP por sus siglas en inglés), pueden alcanzar eficiencias de casi el 90 por ciento, mucho más elevadas que las de tipo convencional.
Una vez generada, la energía eléctrica debe ser transportada y distribuida. Estos procesos incurren en pérdidas de entre el 5 y el 10 por ciento. El consumo de electricidad en aplicaciones industriales, comerciales y residenciales también está sometido a pérdidas. Los sistemas ineficientes de motores y el uso sub-óptimo de motores son las principales causas de pérdidas en la industria.
La gestión de la energía en los edificios tiene un enorme potencial de ahorros en las áreas comerciales y residenciales. Los ahorros de energía tienen como consecuencia beneficios económicos. A medida que las compañías generadoras de energía proporcionan más información a sus clientes, éstos pueden tomar decisiones sobre su uso mejor informados, reduciendo el consumo, el coste y las emisiones de CO2.
El sistema eléctrico del futuro podrá alcanzar todo su potencial sólo si la eficiencia de todas las etapas en la cadena de valor de la electricidad se mejora significativamente.