La creciente penetración de las energías renovables, en particular la eólica y la solar, en la combinación energética; y el desmantelamiento progresivo de las centrales fósiles están provocando cambios en la estructura de las redes eléctricas.
En consecuencia, la combinación de redes descentralizadas y la energía sintetizada puede dar lugar a problemas de estabilidad en la energía rotativa de las plantas renovables o reserva de inercia, lo que requiere soluciones que garanticen la estabilidad y resistencia de la red.
Una respuesta a este desafío es la reactivación de una tecnología con más de 100 años de solvencia conocida como condensador síncrono (SC). Aunque estos productos se utilizaron ampliamente para la regulación de voltaje, cayeron en desgracia con los avances en la electrónica de potencia. Esta tendencia ahora es a la inversa, ya que los condensadores síncronos están actualmente en aumento, a medida que las redes de hoy evolucionan para manejar la mayor penetración de energía renovable.
Los condensadores síncronos son máquinas eléctricas rotativas que se asemejan a generadores síncronos. Sin embargo, no son un generador ya que no son impulsados por un motor o turbina. Tampoco son un motor, ya que no impulsan una carga. En cambio, son grandes máquinas rotativas que ajustan las condiciones fluctuantes de una red eléctrica. Instalados en intervalos estratégicos a lo largo de un sistema de transmisión de energía, los condensadores síncronos ayudan a mantener la calidad de la energía.
Los condensadores síncronos pueden desplegarse para reforzar redes débiles en zonas remotas y entre las ventajas de esta tecnología se incluye el suministro de potencia reactiva y par de sincronización, la generación de corriente de cortocircuito y amortiguación de armónicos de bajo orden; así como inercia instantánea de hasta 460 MW.