Dondequiera que haya personas, hay infraestructura.
La infraestructura proporciona transporte, energía, agua, comunicaciones y otros elementos esenciales de una economía saludable. Permite que las ciudades crezcan y las naciones se eleven. Proporciona empleo a millones y mejora la calidad de vida de miles de millones. La infraestructura es tan ubicua como el aire que respiramos. Y al igual que el aire, requiere nuestra atención para apoyar las necesidades de un planeta cambiante.
La infraestructura es cada vez más instrumental en la creación de un futuro sostenible. A medida que más de nuestra infraestructura se conecta digitalmente, obtenemos visibilidad sobre la salud y eficiencia de nuestros sistemas más básicos: ¿Hay fugas en nuestro suministro de agua? ¿Hay ventilación adecuada en nuestros túneles? ¿Entendemos las necesidades de distribución de energía de nuestros puertos y astilleros? ¿Podemos identificar posibles puntos de falla antes de que fallen.