En ABB admitimos que la empresa forma parte de la sociedad, y nos esforzamos por responder a desafíos en evolución. Nuestra licencia social para operar depende de las percepciones que tienen de ABB nuestros grupos de interés, de los resultados empresariales, de la gestión de riesgos y del comportamiento.
Contemplamos de distintas formas la contribución de nuestra empresa al progreso social. Por ejemplo, nuestros productos, sistemas y servicios apoyan el desarrollo de servicios públicos, industrias, transporte e infraestructuras de forma eficiente energéticamente reduciendo el impacto medioambiental.
El suministro de energía es un catalizador para el cambio y la mejora social, pues afecta a la atención médica, la educación, la vivienda y la creación de empleo.
ABB tiene una influencia directa sobre mucha gente con la que entra en contacto diariamente: nuestros empleados y contratistas, socios comerciales, incluyendo proveedores, y las comunidades donde trabajamos. Una prioridad absoluta de ABB es asegurar la salud y la seguridad de nuestros empleados y contratistas. Otra área de continuo trabajo y mejora es la atracción, el desarrollo y la retención de empleados del máximo nivel.
También disponemos de programas, tanto globales como locales, para contribuir al progreso de las comunidades mediante programas de electrificación rural y varios cientos de proyectos sociales. Además, un programa corporativo apoya en todo el mundo a estudiantes con talento pero necesitados.
Nuestra actuación se ve apuntalada por normas y directrices fundamentales que ponen de manifiesto nuestro compromiso empresarial y social, como el Código de Conducta del Grupo, nuestras políticas de Ética, Medio ambiente, Social y de Derechos Humanos, y muchas directrices internas, incluyendo normas de integridad. Ellas definen nuestros valores principales y ayudan a los grupos de interés a saber lo que pueden esperar de ABB.